“Todos tenemos adentro una insospechada reserva de fortaleza que emerge cuando la vida nos pone a prueba”
Isabel Allende
Somos más fuertes de lo que solemos pensar, es en el momento de la adversidad que descubres tu verdadera fortaleza. Siempre hay una ayuda divina, en mi caso les puedo contar que estoy plenamente segura que Dios es quien me ha mantenido en pie cada vez que me ha tocado atravesar momentos de dificultad.
Cuando vives una situación de mucho estrés y tristeza quedas agotado física y mentalmente, recuperarte tomará un tiempo y he aprendido que cada proceso es muy personal.
Un pilar fundamental de apoyo ante situaciones complejas es contar con tus seres queridos, familia y amigos son esa red que te brinda la comprensión para ir recuperando la energía.
También es importante aprender a reconocer cuando te suceden cosas que te sobrepasan, ya que en ocasiones se llega a necesitar de alguien que te brinde asistencia para encontrar claridad en tus pensamientos, podría ser con un coach en gestión de emociones, o un psicólogo, lo importante es sentirse en confianza para poder hablar de los temas que deseas tratar. Saber pedir ayuda, cuando se la necesita, es un componente de la resiliencia.
Una herramienta que a mí me ayuda es escribir, asignar nombre a ciertas emociones y reconocer lo que pasa por nuestra mente es necesario para hablarlo y trascenderlo, muchas de esas emociones y experiencias vividas se volvieron parte de mi blog, como este tema que hoy te comparto.
La aceptación es parte del proceso, y sentirla sinceramente puede demorar un tiempo, más una vez que aceptamos y asumimos la situación que nos toca vivir, es entonces cuando considero que empezamos a sanar nuestro corazón.
Podría decir que el aceptar se relaciona con adaptarnos al momento que se nos presenta como lo explica Ismael Cala en su libro Fluir para no sufrir “Ser adaptable es abrir la mente para ser capaz de encontrar la mejor respuesta posible ante el evento o la circunstancia que nos está sucediendo”.
Características de las personas resilientes
Jacques Giraud, especialista en Desarrollo Organizacional, dice que hay tres cualidades principales de las personas resilientes y son:
- Flexibilidad, eres capaz de fluir con esto que te sucede
- Adaptabilidad, Reconoces que es una experiencia finita, tiene principio y fin, puedes adaptarte al cambio.
- Conexión con tu fortaleza interior, nos invita a observar a través de tu línea de vida si ya hubo momentos de desafíos que has superado.
También menciona que las personas resilientes reconocen sus fortalezas y debilidades y además utilizan la creatividad para cambiar su energía.
Hay algo que aprendí hace poco y que considero es importante saber, la resiliencia se aprende a lo largo de la vida como dice la Dra. Marian Rojas Estapé “La resiliencia no es innata, es una cualidad que todos podemos desarrollar, cuando en lugar de evitar las dificultades decidimos enfrentarlas con una actitud positiva, aprendiendo y creciendo a partir de cada desafío”
Por mi lado sigo aprendiendo con cada vuelta que me toca vivir, eso sí te diré que los retos aparecen, algunos son pequeños que podemos ir gestionando con calma y en otras ocasiones son tormentas donde hay que actuar con más rapidez.
Una última sugerencia, por experiencia propia, mantén tu mente abierta a pensar en posibilidades y siempre busca tomar tus decisiones desde la claridad de una mente y un corazón en calma.
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